Friesach, más que cualquier otra ciudad, muestra todavía hoy sus
orígenes medievales. Las fortificaciones que quedan dentro de las
murallas de la ciudad y del foso; el castillo, las iglesias y los
monasterios y un gran número de monumentos de arte menor hacen de la
ciudad misma una obra de arte e invitan a un viaje al pasado: el nombre
friesach se citó por vez primera en el año 860, en un documento con el
cual el rey Luis I el Germánico regalaba su corte ³ad friesah² a la
iglesia de Salzburgo.
Friesach
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